Niza: el último mensaje del asesino a su familia antes de cometer la masacre

Mohamed Lahouaiej Bouhlel hizo una llamada telefónica a su casa en tono alegre antes de mandarle a su hermano una selfie con amigos en la ciudad de la Costa Azul francesa.
el último mensaje del asesino a su familia antes de cometer la masacreMohamed Lahouaiej Bouhlel le mandó una sonriente selfie a su familia tan sólo unas horas antes de matar a 84 personas, entre ellas 10 niños, y herir a otras 200 en la ciudad francesa de Niza.

El asesino, nacido en Túnez y de 31 años de edad, hizo una llamada telefónica a su casa antes de enviarle a su hermano Jaber Bouhlel, de 19 años, una foto posando con amigos en la localidad gala, a las 16.00, hora loca (14:00 GMT).

«Me mandó una selfie y me dijo que estaba feliz, y que todo en su vida era normal», contó Jaber. Unas horas más tarde, su hermano arremetió contra la multitud observando un espectáculo de fuegos artificiales en el Paseo de los Ingleses, con un camión articulado de 19 toneladas. Terminó abatido por la Policía.

«Cuando oímos acerca de lo que estaba pasando en Niza empezamos a enviarle mensajes preguntándole si estaba bien. Estuvimos aquí mandándole mensajes hasta las dos de la mañana», relató Jaber.

El cuñado de Bouhlel, Chokri Amimi, de 35 años, aseguró que «Mohamed era un enfermo mental desde su infancia. Desde los 12 años, tenía problemas mentales», comentó al diario el Confidencial. «Si buscaba trabajo en Francia, deberían haberse dado cuenta».

A ello se suma, según Amimi, la mala relación del  atacante con su padre, su mujer, «con todo el mundo». «Debido a su enfermedad, fracasaba en todo», explicó.

Asimismo, los amigos de  Bouhlel aseguran que, a los 17 años edad, ya había comenzado a tomar alcohol y fumar cannabis, según reporta el diario británico Daily Mirror, lo cual agravó sus problemas mentales.

Varios testigos, entre los cerca de 100 interrogados por la Policía, mencionaron por primera vez que Bouhlel mostró signos de religiosidad.

Su padre en cambio había afirmado que «no tenía ningún vínculo con la religión» y no iba a la mezquita.

Según algunos de sus vecinos, el atacante, que la organización yihadista Estado Islámico (ISIS) presentó como uno de sus «soldados», tenía un perfil de persona desequilibrada, que vivió múltiples «crisis» familiares.

Su ex mujer, detenida el viernes para ser interrogada, fue puesta en libertad este domingo.

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