El hecho ocurrió el 18 de enero de 2012 en la seccional segunda de policía en Trelew, donde resultó víctima principal el joven Maximiliano Almonacid, quien contaba con 16 años en aquel momento.
Se llevó adelante la segunda jornada del juicio oral y público donde se ventilan los hechos ocurridos el 18 de enero de 2012 en la seccional segunda de policía en Trelew, donde resultó víctima principal el joven Maximiliano Almonacid, quien contaba con 16 años en aquel momento. El debate tiene lugar en la sala de audiencias de la cámara del crimen ubicada en el sexto piso de los tribunales.
Previo a la convocatoria de testigos, el acusado Aníbal Muñoz informó al tribunal que desistía de seguir siendo defendido por Guillermo Hervida, debido a diferencias surgidas con el abogado, cuestión que fue confirmada por el letrado. Ante esto, Muñoz indicó que designaría al doctor Carlos Del Mármol, pero se debe contar con la aceptación en tal sentido, a la vez que el defensor público Lisandro Benítez indicó que no podía hacerse cargo por presuntos intereses contrapuestos con los de su defendido Carlos Pato.
Maniobra dilatoria
El Ministerio Público Fiscal indicó que era la defensa pública quien debía hacerse cargo en forma inmediata, sugiriendo que se trataba de una nueva maniobra dilatoria para no permitir el comienzo efectivo del juicio. Finalmente, luego de un breve cuarto intermedio, los integrantes del tribunal comunicaron que mientras el doctor Del Mármol se haga presente y de su conformidad, el acusado deberá seguir siendo representado por el doctor Hervida, dejando abierto el debate.
Luego de esta alternativa, el Ministerio Público Fiscal, representado por la fiscal general María Tolomei y el funcionario Enrique Kartenmeier, y la querella a cargo de Germán Kexel, convocaron al recinto a Maximiliano Damián Almonacid, principal afectado por todo lo ocurrido en la dependencia policial. Cabe destacar que las declaraciones de Almonacid recién se realizan en forma pública, ya que el primer juicio sobre este tema fue a puertas cerradas, sin presencia de público y prensa debido a una solicitud de la asesoría de menores.
La víctima
Almonacid, que siempre está acompañado por integrantes del servicio de asistencia a la víctima del delito (savd), fue hilvanando su relato mediante preguntas realizadas por la fiscal Tolomei, y así contó como habían salido junto a dos de sus amigos y vecinos durante la noche del 17 de enero, aprovechando su día de franco laboral en un kiosco. Posteriormente se dirigieron a un boliche bailable, y allí Maximiliano se encontró con su novia y otras amigas, partiendo de aquel lugar hacia su domicilio cerca de las seis de la mañana del 18.
Comentó que en ese camino fueron divirtiéndose, charlando y hasta recordó una discusión que se genero sobre un tema de religión, pero que se trató de formas de pensar diferentes, donde la novia llegó a enojarse y querer irse, tomándola del brazo y pidiéndole que vayan a su casa. Subieron por calle Mitre hacia el norte, y ya cerca del destino apareció un hombre en una trafic, intentando separar a la chica, lo que produce su enojo e inclusive le aplica un golpe a esta persona que llega a voltearla. Dijo que fue atropellado por este señor de unos cuarenta años, que intentó retroceder para volver sobre sus pasos, defendiéndose con una piedra que arroja contra el vehículo, estando ya frente a la vivienda donde vivía con sus padres. Mientras todo esto sucedía, sus amigos y su novia se habían alejado del lugar.
Aparecen los patrulleros
“Nunca apareció ese tipo, nunca supe nada de él ni de la trafic, todo muy raro…” afirmó Maximiliano, avanzando en el relato para describir que ahí aparecieron los patrulleros con los policías que se abalanzaron sobre él. Tratando de ingresar a su casa, se tomó de las rejas, pero según contó, era golpeado en todo su cuerpo, intentando pedir por la presencia de su madre. De allí fue ingresado violentamente a uno de los móviles, donde esposado seguía siendo golpeado, pudiendo identificar a dos policías: uno grandote y otro de cara blanca: “mientras me pegaban pensaba que me llevaban a la comisaría y ahí me largaban normalmente, jamás imaginé lo que me iba a ocurrir”, expresó en otra parte de su declaración.
Relato de las vejaciones
Sin embargo, en la seccional segunda se encontró con mas actitudes violentas, en tanto le decían que había robado, uno era morocho grandote y otro lo alcancé a ver y se llamaba Treuquil porque lo conocía de la iglesia. Mas adelante, quebrándose en varias oportunidades señaló: “me pusieron contra una pared en un cuarto dentro de un calabozo, yo siento que queda uno solo que me tenía y me tapa los ojos, esposado por delante me hacen apoyar los brazos, me bajan los pantalones, el calzoncillo y después me penetran con algo…”.
En medio del llanto expresa: “yo siento que este grandote ahí me dice que ahora vas a gritar como mamá, siento que me penetran varias veces con algo…”.
Secuelas
Ante las preguntas manifiesta que por lo que sintió se trataba de un machete o bastón, y calculaba que eran mas de dos los que estaban ahí. Después lo llevan con los pantalones bajos y le van pegando de costado con el propio cinto que usaba en sus ropas: “fue tan doloroso que lo único que hice fue cerrar los ojos y aguantar, quería salir de ahí, de ese maldito lugar, irme a mi casa y hasta matarme”. Luego, cuando pudo reincorporarse, aseguró que sintió asco y dolor y les alcanzó a decir que le iban a pagar por lo que habían hecho.
En otra parte de su deposición ante las partes presentes en este juicio, dijo que no quería contar porque tenía miedo y un poco de vergüenza: “nunca pensé que algo así me iba a pasar, no soy una mala persona, nunca había estado en una comisaría”, agregando que a Treuquil le alcanzó a decir que lo conocía, a lo que éste hizo caso omiso y solo le pidió que mantuviera silencio. Aseveró que no comentó nada, solo quería llegar a su casa, hoy no esperaba estar sentado acá, en su cabeza solo se cruzó en aquel momento hacer justicia por mano propia: “me dolió, me duele todo lo que me pasó, no sabía que hacer, como aguantar tanto dolor y bronca, tenía ganas de matarme…”, dijo en otro tramo de su extensa exposición.
Ruedas de reconocimiento
Durante la jornada de ayer se proyectaron las ruedas de reconocimiento realizadas en aquellos días de enero de 2012, y las partes le efectuaban preguntas acerca de las circunstancias dadas en aquella oportunidad. Los integrantes del tribunal, Marcelo Nieto Di Biasse, Fabio Monti y Ana Laura Servent, dispusieron que el juicio continúe el próximo lunes a partir de las 13, previéndose que podría extenderse la jornada hasta las 15 aproximadamente, para lo que serán convocados nuevos testigos de las partes.