El origen del tomate: hallan en Chubut restos fósiles de unos 52 millones de años

El lugar donde fueron encontrados, un paraje denominado Laguna de Hunco, es considerado una ventana al pasado.

tomateUna nueva especie de tomatillo de uno 52 millones de años de antigüedad fue hallada en Chubut por un grupo de científicos en una expedición e investigación que comenzó hace cuatro años con los primeros indicios. Los resultados del hallazgo fueron publicados en los primeros días de este año en la revista Science, una de las publicaciones científicas más prestigiosas a nivel internacional.

Según informaron a Clarín científicos del Museo Egidio Feruglio de Trelew, cuyos científicos encabezaron la investigación, las papas, tomates, morrones y berenjenas son algunos de los alimentos más populares del mundo. Pertenecen a la familia de las solanáceas, un grupo de plantas de importancia comercial que también incluye, entre otros, al tabaco, los ajíes y a los pepinos.

Los investigadores sabían que el origen de esta familia se encontraba en América, pero pensaban que había ocurrido en alguna región tropical, hacía no tanto tiempo. Sin embargo, los científicos descubrieron estos fósiles en Chubut, en una región actualmente árida. Se trata de un yacimiento de unos 52 millones de años de antigüedad, ubicado cerca de la localidad de Gastre en un paraje denominado Laguna del Hunco, lugar que para los investigadores representa una verdadera “ventana al pasado”. El descubrimiento tuvo una gran repercusión mundial a tal punto que mereció una generosa publicación en The New York Times.

“Este nuevo trabajo cambia muchísimo la historia de todo el grupo: revela que las solanáceas se habrían originado más atrás de lo que hasta ahora habían determinado los relojes moleculares”, comentó Rubén Cúneo, director del Feruglio e investigador del CONICET, uno de los autores del trabajo y especialista en plantas fósiles. El trabajo fue realizado por el doctor Peter Wilf, de la Universidad de Pennsylvania; las doctoras Mónica Carvalho y Alejandra Gandolfo, de la Universidad de Cornell de Estados Unidos y el propio Cúneo.

Las impresiones fosilizadas preservan una estructura fina y delicada parecida a un papel: la envoltura rodea al fruto del tomatillo o linterna china, una variedad que, en la actualidad, se distribuye naturalmente en algunas regiones subtropicales de América del Sur.

“Las características que se observan en el fósil no difieren en casi nada de lo que son los representantes actuales: las diferencias son mínimas, por eso se lo colocó en el género Physalis (el tomatillo) y se le dio el nombre de la especie infinemundis, que significa “del fin del mundo”, explicó Cúneo.

Y agregó: “El lugar se ha convertido en uno de los yacimientos más fantásticos del mundo, porque concentra una increíble diversidad vegetal, además de insectos, peces y anfibios. Esto lo convierte, en términos paleontológicos, en un Lagerstätte”.

Un Lagerstätte es un yacimiento que exhibe una enorme diversidad de plantas o animales de millones de años excepcionalmente preservados. Es muy posible que en Laguna del Hunco se continúen descubriendo nuevas especies que aporten más información sobre el origen y evolución de diversos grupos.

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