Finalmente la atleta belga que conmovió al mundo, decidió no morir

La paralímpica Marieke Vervoort tiene firmados los papeles para que le practiquen la eutanasia, pero decidió postergar la decisión.
atletaMarieke Vervoort es una atleta belga de 37 años que anunció, antes de los Juegos Paralímpicos de Río 2016, que había elegido partir de esta vida mediante una eutanasia. Los dolores en su cuerpo son tan grandes que ya no quiere vivir. Pero antes, iba por otra medalla olímpica, después del oro de Londres 2012.

Marieke tiene firmado los papeles de su eutanasia, pero este fin de semana ganó la medalla de plata en la carrera de 400 metros llanos en silla de ruedas, en los Juegos Paralímpicos. Conseguida la meta que se había marcado tras los últimos años de duro y doloroso entrenamiento, Vervoort cree que aún no llegó el tiempo para su muerte legal.

ras ganar la medalla de plata, la atleta dio una conferencia de prensa donde todos querían saber lo mismo: ¿se suicidaría como anunció?. Ella contestó: «Ya tengo los papeles de la eutanasia en mis manos pero todavía disfruto cada instante. Cuando el momento llegue, cuando tenga más días malos que buenos, ya tengo todo el trámite firmado para que me maten. Pero ese tiempo aún no ha llegado». La eutanasia en Bélgica es legal y Marieke tiene la autorización desde 2008.

La atleta, que ya tenía otras dos medallas olímpicas, tiene la mitad inferior del cuerpo paralizado, una visión reducida al 20% y dolores que le impiden hacer cualquier actividad durante días. La enfermedad degenerativa incurable que padece dificulta cada vez más su recuperación y hay noches después de una carrera en las que apenas duerme. Su padecimiento comenzó a los 14 años. Y ella ya no lo soporta: «Es una batalla constante. Veo mal y tengo ataques epilépticos. ¿Qué vendrá ahora? Todos los días aparece un nuevo dolor».

Vervoort confirmó a los periodistas que estos fueron sus últimos Juegos Paralímpicos: «Después de Río 2016 voy a disfrutar de cada pequeño momento, me voy a volcar más en mi familia y amigos, a los cuales no he podido dedicarle más tiempo porque en el deporte de competición tenía que entrenar cada día».

La medallista no pudo ocultar ante los periodistas su satisfacción por su segundo puesto. «Esta medalla de plata tiene otra cara, la del sufrimiento y la de decir adiós al deporte. Porque amo el deporte, es mi vida, pero ya llegó el final».

La atleta se ha convertido en un símbolo para los defensores de la eutanasia. Cree que su decisión hace sentir mejor a otras personas: «Si yo no tuviera los papeles de la eutanasia, creo que ya me habría suicidado porque es muy duro vivir con tanto dolor y sufrimiento, y en esta inseguridad».

Vervoort ya tiene decidido su final. Vendrán las discusiones si está bien o mal que tome una medida sin retorno. Lo cierto es que ella eligió. Su vida tiene fecha de vencimiento. Por su propia decisión…

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