La historia del abrazo entre Maradona y Bilardo

El capitán y el técnico que levantaron el trofeo en México dejaron atrás las peleas y los insultos. “El abrazo con Carlos me nació. Siempre sufrió al lado nuestro. Espero seguir hablando de la vida y del fútbol”, dijo Diego.
La historia del abrazo entre Maradona y BilardoLa historia entre Diego Maradona y Carlos Bilardo está unida por el éxito que ambos abrazaron en el Mundial de México, pero también por una eterna novela de desencuentros. De peleas y reconciliaciones. De acusaciones y cruces fuertes. Y cuando parecía que la relación no tenía retorno, el capitán y el técnico del equipo campeón del mundo volvieron a encontrarse y sorprendieron a todos al darse un abrazo. Sucedió en el Centro de Convenciones Arturo Frondizi, anteanoche, en el homenaje a los jugadores que realizaron aquella gesta de 1986, organizado por la Municipalidad de Vicente López.

Las idas y vueltas entre Maradona y Bilardo vienen desde antes que ambos alcanzaran la gloria en el Azteca de México. Si bien previo al Mundial, Diego bancó públicamente al doctor cuando hubo una movida desde el Gobierno de Raúl Alfonsín para sacar al entrenador, el astro argentino empezó a cuestionar al Narigón en la gira previa, según contó el propio Maradona en su libro “Mi Mundial. Mi verdad. Así ganamos México ’86”. Y en el propio Mundial, luego de la victoria ante Bulgaria y antes de jugar con Uruguay, Maradona fue duro en una reunión con sus compañeros: “No le tenemos que dar más pelota a Bilardo”, expresó con fuerza el zurdo en un cuartito. La Copa trajo ondas de amor y paz…

Otro cruce, contado por Maradona, se dio antes de la final de Italia ‘90. Diego aseguró que estaba desgarrado y que Bilardo había insinuado con ponerlo en el segundo tiempo. “Me pone en el segundo tiempo y antes lo cago a trompadas”, dijo en aquel momento.

Después de ese Mundial, ambos dejaron la Selección y se reencontraron en Sevilla. Bilardo firmó el contrato y lo llamó a Diego, quien había estado inhabilitado un tiempo por dóping en Italia. Pero la relación estuvo lejos de tener un color especial. Se rompió. Fue después de que el entrenador sacara al Diez en un partido en el que había jugado infiltrado. “¡Hijo de puta!”, le gritó, enloquecido, Maradona, cuando salía de la cancha. Y en el vestuario hubo trompadas…

Un claro ejemplo de los vaivenes de Maradona es lo que sucedió en Boca en 1996. Maradona ya había regresado al club. “Si viene Bilardo, me voy”, desafió. Mauricio Macri, que recién había asumido la presidencia del club xeneize contrató igual a Bilardo porque era el que mejor medía en las encuestas que había mandado a hacer. “Si Macri echa a Bilardo, me voy”, amenazó Diego, meses después, cuando el doctor estaba en la cuerda floja.

Pasó el tiempo. Y parecía que nada iba a juntarlos. Pero en 2008, luego de la renuncia de Alfio Basile, Julio Grondona volvió a unirlos en la Selección. Maradona como técnico y Bilardo como mánager. El vínculo era distante. Pero en el Centenario de Montevideo, cuando el equipo argentino logró una angustiosa clasificación, Maradona y Bilardo dejaron todo de lado y se dieron un abrazo cargado de lágrimas en el campo de juego. “Los contras la tienen adentro”, exclamó en la conferencia. Pero luego de Sudáfrica 2010 la relación explotó por los aires. Diego se fue y Bilardo siguió. “Grondona me mintió y Bilardo me traicionó”, disparó Maradona, dolorido. Contó que Bilardo le había prometido que se iría con él. Desde ahí, no hubo más encuentros ni diálogos. Hasta que el jueves se reencontraron…

Maradona llegó a las 20, junto a su mujer Rocío Oliva y un par de guardaespaldas, al Centro de Convenciones Arturo Frondizi. Se mostró distendido y dispuesto a pasar un grato momento. Bilardo llegó más tarde, cuando todos estaban sentados. Pasó cerca de la mesa de Diego y lo saludó. Subieron al escenario los 17 jugadores que estaban presentes de aquel plantel y Bilardo se quedó abajo. Pero Maradona lo invitó y ahí se dieron un abrazo. “Más allá de lo que haya pasado en el último tiempo, usted siempre sufrió al lado nuestro”, le reconoció Diego. Siguió: “Seguramente tenemos que hablar porque es de hombres y usted lo es. Espero que se pueda revertir todo y sigamos charlando de la vida y del fútbol”. Y remató: “El abrazo con Bilardo me nació”.

Luego, Bilardo tomó el micrófono y El Narigón se extendió contando anécdotas sobre cómo había armado el plantel. Hasta que Maradona, en broma, lo cortó: “Bueno, pare, que esta no es la hora de Bilardo”. Las risas sellaron la reconciliación. ¿Será definitiva?

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