El ex juez federal habló en una entrevista por TV de su bebida predilecta. Hasta se animó a recitar una «alegoría».
En su programa 70.20, el conductor Chiche Gelblung quiso confirmar si Oyarbide le daba de beber espumante a sus perras. El ex juez no lo desmintió e incluso fue más allá: «Yo tomo y ellas ven que dejo un poquito en mis labios, pasan su lengüita y se saborean. Te das cuenta que se regocijan con el champagne».
Y sobre la bebida se animó a recitar una «alegoría» que decía: «Si estoy solo, tomo champagne. Si estoy acompañado, siento irresistibles ganas de tomar champagne. Si estoy triste, bebo champagne. Si estoy contento, con más razón bebo champagne. Si tengo hambre, bebo champagne. Si no tengo hambre, también bebo champagne. Y me olvidaba de decirte: cada vez que tengo sed, también bebo champagne».
Por otra parte, dio más detalles del origen de su proyecto de ser padre con Daniela, una ex novia con la que estuvo a punto de casarse.
«Es una historia humana y rica desde todos los ángulos. Un día mi secretaria me dice que en el teléfono había una grabación de una señora, la madre de Daniela, que en medio de sollozos me pedía perdón por las cosas que habían pasado», relató el ex juez.
En esa grabación, Oyarbide se enteró de que Daniela se estaba muriendo y que a la única persona que nombraba era él. «No lo dudé un segundo y fui hasta donde estaba internada», dijo.
Luego de «muchas operaciones», Daniela se recuperó y en un almuerzo llegó su inesperado pedido. Conmovido y a punto de llorar, Oyarbide recordó lo que ella le dijo: «Lo nuestro fue maravilloso, no estoy para tomar examen. Yo sé cual es mi destino y no quiero que mi cuerpo se pudra en la tierra. No quiero nada de ti. Solamente necesito tu semen. Yo quiero tener un hijo tuyo».
El ex juez, en pareja desde hace ocho años con Claudio, se conmovió con las mismas frases dichas a la revista Caras hace diez días.