El niño al que tanto cuidó el Potro Rodrigo creció y ahora es todo un hombre.
Ramiro Bueno no se inclinó hacia la música, pero está dedicado a jugar a la pelota y al periodismo deportivo, una profesión que le apasiona.
Ramiro no se olvida de su padre. Siempre que puede aprovecha para dedicarle mensajes en las redes sociales, donde también lo siguen los fans del cantante que revolucionó el cuarteto.