«La normalidad se ha convertido en una realidad durante este año. ‘Normal’ es algo que jamás pensé que volvería a ver», explicó Patrick Hardison, a la CBS. El estadounidense de 42 años recibió el trasplante facial más extenso de la historia, y un año después da la cara.
«Ahora soy un tipo cualquiera que camina por la calle. La gente me mira y se da cuenta de que me pasó algo, pero nadie pensaría que me trasplantaron la cara», explicó el hombre, que recibió su nuevo rostro de David Rodebaugh, quien murió a los 26 años en un accidente de bicicleta.
Hardison era bombero en Mississippi, al sur de los Estados Unidos, cuando en 2001 quedó desfigurado tras el derrumbe de un techo en llamas durante un incendio. El hombre sobrevivió -y logró salvar a la mujer que había ido a rescatar- pero los médicos no pudieron salvarle ni siquiera la nariz.
Con una traqueotomía y sin párpados, Hardison pasó 14 años de su vida disfrazado con una gorra y anteojos de sol hasta que en agosto de 2015 fue operado por el cirujano Eduardo D. Rodríguez en el Langone Medical Center de Nueva York.