Aquel fatídico día murieron 25 cadetes del cuartel de la ciudad de Golfo Nuevo cuando fueron a apagar un incendio de campos.
Entre lo que salieron a apagar un incendio de campos en el cual ni siquiera había animales, había una pareja que iba a casarse. También un chico de 11 años que llevaba alpargatas en lugar del calzado reglamentario. Fueron con unas palitas y rastrillos. Las pericias que se realizaron durante largo tiempo aportaron poco: solo que el viento los traicionó, cambió de rumbo y ellos quedaron de frente al humo y al fuego. A la hora de la tragedia, el viento siempre cambia de dirección, pero nadie lo tuvo en cuenta. Eran inexpertos, pero asi y todo salieron a combatir su último incendio porque la muerte los estaba esperando.
El 21 de enero de 1994, la ciudad de Puerto Madryn, se convirtió en el escenario de un trágico suceso que marcaría la memoria de sus habitantes.
Ese día un grupo de 25 cadetes del cuerpo de bomberos, de los cuales 11 eran menores de edad, se encontraba combatiendo un incendio en un campo que colindaba con la ruta 3.
Sin embargo, la situación se tornó crítica cuando el viento comenzó a aumentar su velocidad y cambió de rumbo avivando las llamas y complicando los esfuerzos.
Los cadetes se vieron sorprendidos por la rapidez con la que las llamas se propagaron. La trágica muerte de los jóvenes dejó una profunda huella de dolor en la comunidad. Este martes 21 de enero de 2025, se cumplen 31 años de aquel fatídico día.
Según se pudo establecer, el fuego se inició en horas del mediodía y según un informe pericial, entre las 18:00 y las 18:15 se recibieron pedidos de ayuda del grupo de los bomberitos, “siendo el último que captan probablemente la voz de un menor, que lo hacía con bastante desesperación”.
Sin embargo, recién los encontraron a las 7:30 del día siguiente. Fue una patrulla de búsqueda la que halló las herramientas de zapa y algunos cascos. Unos metros más adelante -se consignó- encontraron los primeros cadáveres. Más adelante, el resto. Desde una avioneta dos pilotos pudieron observar el un espectáculo dantesco: cadáveres desparramados por el campo, carbonizados
A bordo iba Vera, el jefe de cuartel , que al comprobar la muerte de sus subalternos tuvo un ataque de nervios y debió ser internado en la Clínica San Jorge de Madryn. Fue relevado del mando, y aunque sigue viviendo en Puerto Madryn, no pudo volver a dirigir el cuartel
En el Gimnasio Municipal fueron velados 23 bomberitos el sábado 22 de enero de 1994. Por razones religiosas, Ramiro Cabrera (16) y Marcelo Miranda (el más chico, de apenas 11 años) tuvieron una despedida aparte.
El domingo 23, a las 18:15 de la tarde, los féretros fueron llevados al cementerio sobre un camión que encabezaba una caravana doliente de interminables cuadras. Familiares, amigos y la comunidad en general se acercó para despedirlos.
Este martes, al cumplirse un nuevo aniversario de la tragedia, se realizarán actividades conmemorativas. La primera en la plaza San Martín de Puerto Madryn, para recordar el «Día del Mártir Bombero Voluntario».
La primera parte consistirá en el acto protocolar para, posteriormente, efectuar la inauguración del nuevo monumento en el barrio Mapu Ngefu.
La tragedia recorrió el mundo. Fue la peor en muchos años que tuvo como víctimas a bomberos voluntarios. El dolor de las familias todavía no se apaga. Como el fuego que se llevó tantos chicos que recién comenzaban a caminar por la vida.
Fuente: RED 43