Se entusiasmó con un juguete sexual y terminó en un hospital

Una joven debió ser operada para sacarse un vibrador de adentro de su cola. Pensó que su novio se lo había escondido en la casa, hasta que sintió un zumbido en el interior de su cuerpo. ¡Y medía casi 18 centímetros!
joven-consoladorEmma Philips lo había planeado todo: mandó a su hija de dos años a pasar un rato con sus abuelos y la casa le quedó a ella sola para vivir una noche de pasión junto a su novio. Los tortolitos cenaron, bebieron y, por supuesto, tuvieron relaciones. Lo que nunca creyó es que un rato de placer y sexo desembocaría en una operación de urgencia en un hospital.

Porque al despertar en la mañana, esta mujer, de 24 años, notó que le faltaba su consolador. En un primer instante pensó que su pareja, Lee Miller, de 29, se lo había escondido en la almohada, informó el Daily Mail. Hasta que un pequeño zumbido en el interior de su cuerpo le hizo notar que el vibrador le había quedado introducido ¡en la cola!

Producto de haber tomado demasiado ninguno de los dos recordaba cómo fue que el juguete sexual terminó alojado allí por completo. La joven, estudiante de Magisterio, confesó que trataron de extraer el vibrador con el mango de un tenedor y unas pinzas de barbacoa, pero fue “un fracaso”. Y, como no podían sacárselo, no les quedó otra que llamar a Emergencias y contar la embarazosa situación. Y como no iba a poder pasar a buscar a su pequeña, también debió confesarle a su madre qué le había sucedido.

«Luego de una hora de tratar supimos que deberíamos ir a un hospital. Estábamos ambos conmovidos», aceptó Phillips, al contar la experiencia en su perfil de Facebook, y agregó: «Por los efectos del alcohol, no podíamos manejar. Tuve que hacer la más avergonzante llamada a la ambulancia a las 7 AM». Del otro lado del teléfono escuchó una voz: «Dígame exactamente qué es lo que le ocurrió».

Ese fue sólo el comienzo de su calvario: al llegar al Wrexham Maelor Hospital, del norte de Gales, los médicos le comentaron que era complicado intentar sacarlo manualmente porque el vibrador se encontraba muy arriba. «Al principio bromeábamos sobre ello, pero entonces nos dimos cuenta que era más grave. Se hablaba de pasar por el estómago si no podían sacarlo por detrás», explicó la británica.

Finalmente tuvieron que realizar una cirugía para extirparle el aparato de color rosa y de un considerable tamaño: 17,7 centímetros. ¿Cómo fue el procedimiento? Pasaron una cámara a través de su garganta y el cirujano pudo extraer el vibrador vía rectal, ejerciendo presión sobre su estómago. Una vez fuera de su cuerpo, los profesionales le ofrecieron el consolador como un “recuerdo”. Pero no lo quiso. Por la tarde, casi 12 horas después de haberse internado, estaba regresando a su hogar, con las manos vacías.

Emma no tuvo pudor en relatarle a todo el mundo lo ocurrido, como advertencia para otras personas. Aunque tituló el posteo como «El caso del consolador mortal», pidió no tener miedo o vergüenza para pedir ayuda en situaciones embarazosas: «Hay un gran tabú al respecto. Pero supimos que necesitábamos ayuda. Los médicos están acostumbrados a tratar estos temas».

Incluso, subió las fotografías de su breve paso por el hospital, en el cual sofocaron su dolorosa incomodidad. Ahora, ofrece consejos a los desprevenidos consumidores de juguetes sexuales. Y aunque algunas personas le dejaron comentarios diciendo que no estaba capacitada para dar clases a niños, ella bromea y se toma fotos con objetos similares al que se metió en su cuerpo y abandonó en el hospital.

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