El xeneize se puso a seis puntos a San Lorenzo, el único escolta y próximo rival. Mirá los goles
Boca consiguió un triunfo clave para estirar su ventaja en la cima de la Superliga. En la Bombonera, superó por 2-0 a Colón con goles de Cristian Pavón y Nahitan Nandez, la figura. Fue el regreso de Carlos Tevez, que tuvo un buen partido y fue ovacionado en la previa por la multitud que llenó el estadio: «Que de la mano de Carlos Tevez, todos la vuelta vamos a dar».
Rápido y furioso fue el arranque de Boca en la Bombonera ante Colón. Apenas dos minutos tardó el equipo de Guillermo Barros Schelotto en abrir la cuenta. Leonardo Jara tocó para Walter Bou, que se tiró atrás a pivotear y habilitó de taco y de primera a Cristian Pavón. El siete bravo se fue derecho al gol y no dudó: se metió en el área y derechazo cruzado para poner el 1-0. Boca le sacaba seis puntos a San Lorenzo en la cima de la Superliga.
El local fue muy superior en el primer cuarto de hora del partido. Y a los 19 estuvo cerca de ampliar el marcador. Pavón se la dio de taco a Nandez que, también de taco, habilitó a Jara. Llego el centro atrás para Tevez, pero Carlitos -de frente al arco- la tiró por arriba. A los 25, Pavón se filtró en el área y buscó a Tevez, pero Conti se tiró al piso y desvió el pase con la mano. Fue penal, pero el árbitro Federico Beligoy no lo vio.
Después, Boca se pinchó. Se notaba a los jugadores locales cansados, Tevez buscaba aire. Y Colón manejó el partido. Lo tuvo Vera a los 26 tras recibir un centro pasado desde la izquierda, pero Agustín Rossi le ahogó el grito con el pie derecho. Más tarde, otra vez Vera desde afuera del área exigió al arquero que respondió con una gran atajada sobre su derecha. El zurdazo de Fritzler que el arquero controló sin problemas afianzaban al arquero que contagiaba confianza.
Guillermo acomodó al equipo. Puso a Tevez de enganche, mandó a Pavón a la izquierda; a Nandez de ocho y a Cardona al lado de Barrios. Boca se reencontró con la pelota y volvió a jugar en campo rival. Sobre el cierre de la primera mitad tuvo buenas intenciones cerca del área de Domínguez que le tapó la más clara a Pavón. El delantero tiró a colocar desde la puerta del área, pero el ecuatoriano evitó el gol con una buena atajada a mano cambiada.
Para el complemento, Eduardo Domínguez mandó a la cancha a Mariano González por Estigarribia y a Leguizamón por Bernardi. Colón veía que podía y se animaba, pero no encontraba los caminos. El partido se ensució y se hizo muy friccionado. Más todavía cuando Guillermo sacó a Bou para poner a Julio Buffarini.
Y otra vez le salió bien la jugada al Mellizo. A los 21, Boca se ponía 2-0 con una gran definición de Nandez a pase de Tevez. Otro golazo y la suerte del partido ya parecía echada. Seis minutos más tarde, Toledo se iba expulsado por una plancha brutal contra Tevez y Colón tiró la toalla.
Después, Boca pudo haber marcado más goles, pero su falta de ideas -el calor y el agotamiento le jugaron en contra- y el arquero Domínguez (se lo sacó a Cardona, que probó desde afuera) le impidieron ganar por goleada.
Nandez salió por Maroni y recibió una estruendosa ovación de la Bombonera, que ya le hizo un lugar entre los más queridos por actuaciones como la de este sábado y por el gol en el Monumental, en el último Superclásico. El «uruguayo, uruguayo» se escuchó fuerte, como un rugido. Al final, la gente se fue conforme y los jugadores también: saben que si el domingo derrotan a San Lorenzo sacarán 9 puntos de ventaja en la punta de la Superliga y el título estará un paso más cerca.
Fue una amarga vuelta para River a la actividad oficial. En una Superliga que lo tiene en un llamativo 20° lugar, el equipo de Gallardo hizo méritos para conseguir algo más en Parque Patricios, pero finalmente sonrió Huracán con un 1-0 gracias a un gol de Pussetto de penal en el primer tiempo. En un partido que arrancó dos horas después de lo previsto por una amenaza de bomba, el Globo se quedó con toda la alegría y hasta se anima a mirar la punta -está a nueve puntos de Boca- con algo de ilusión.
River se mostró dominante en los primeros minutos. Manejaba la pelota ante un Huracán que intentaba no desequilibrarse y que se apoyaba en Toranzo para tratar de hacer pie en ataque.
Fue en un gran movimiento por derecha del Pity Martínez, que se jugaba un partido especial contra su ex equipo, que River tuvo la primera ilusión. Pero su centro bajo fue interceptado a tiempo por la defensa de Huracán, cuando Borré entraba para marcar el primero desde el punto del penal.
A los 15 minutos sí River estuvo muy cerca de pasar arriba en el marcador cuando Borré quedo mano a mano. Pero ahí apareció la enorme figura de Marcos Díaz para tapar primero el remate y luego incomodar al colombiano cuando le quedó el rebote. Los de Gallardo estaban más cerca y Huracán no le encontraba la vuelta.
Pero entonces llegó una jugada aislada. Un pelotazo bien largo al área de River, la duda de Martínez Quarta, las indecisiones y un agarrón de Montiel a Noir que Delfino sancionó como penal. Pussetto engañó a Lux desde los doce pasos y a los 28 minutos Huracán, que poco había hecho, estaba arriba en el marcador.
A River lo afectó mucho el gol del Globo. Desapareció su ventaja relativa y, por la inseguridad de sus defensores centrales, empezó a sufrir con algunos pelotazos frontales como el que derivó en el penal. Y a los 37 hasta estuvo cerca de aumentar el local, con un buen cabezazo de Damonte tras un corner que fue bien controlado por Lux.
Salió decidido River en el complemento a recuperar su nivel y encontrar la igualdad. Y estuvo cerca de encontrarla a los 6 minutos: un rechazo fallido de Damonte encontró solo a Scocco en el borde del área chica, pero otra vez apareció Marcos Díaz para tapar su media vuelta y evitar el gol de los de Núñez.
De a poco, River volvió a hacerse dueño claramente del trámite, y a hacer los méritos suficientes para al menos empatar. A los 12, Borré desperdició una ocasión increíble cuando se encontró sin marcas dentro del área con la pelota picando por el rebote de un tiro libre, pero su remate salió por encima del arco. Y cuatro minutos después, Díaz tapó un remate cercano de Scocco y Borré tomó el rebote pero su tiro salió demasiado cruzado. Entonces, Gallardo decidió el ingreso de Lucas Pratto, que hacía su presentación oficial, por Borré.
Cerca del final, el ataque de River empezó a perder ímpetu. Más allá de todo lo que metía Pratto, las dos líneas de cuatro de Huracán empezaron a ser un muro cada vez más alto para los de Gallardo. Entonces el DT decidió en el final hacer ingresar a Mora, que regresó así a la actividad después de ocho meses.
Pese a la apuesta ofensiva, River se fue apagando de a poco y Huracán se afianzó en su esquema de orden y salida rápida en contraataque. Después del sufrimiento en algunos pasajes del complemento, el local llegó al cierre afianzado y sin grandes preocupaciones. Los de Gallardo, en cambio, saben que tendrán que trabajar mucho para disfrutar en la Copa. La Superliga, ya saben, quedó demasiado lejos.