El hecho sucedió el día jueves en horas del medio día en un chalet situado en la calle Perú 80 en donde funciona una distribuidora de insumos para laboratorios a la que hace más de dos meses ya habían entrado a robar, pero cuando en el lugar no había nadie.
Fue a punta de pistola cuando la empleada se encontraba sola. “La señora que hace maestranza se había ido a comprar la comida y cinco minutos después entró el ladrón que la amenazó con un arma, le colocó los precintos, la dejó en una oficina encerrada y se llevó lo que había en la caja”.
Así contó lo sucedido otro empleado de la firma que en ese momento estaba en Rawson, pero que ni bien lo llamaron para avisarle que habían asaltado la distribuidora, regresó enseguida a Trelew.
“Fue rapidísimo”, aseguró y confirmó que el dinero que el asaltante se llevó lo habían cobrado el miércoles. Se le consultó entonces si la compañera le había descripto al maleante. “No porque estaba con crisis de nervios. Tiene una nenita chiquita y está totalmente quebrada. No pudo dar tampoco tanta información, dijo que estaba encapuchado y que era alto; pocos datos dio”, insistió.