Federico Carrizo fue el héroe del «Xeneize», Los de Núñez con el empate quedaron segundos en el Grupo.
River:
Seguramente el balance del punto no será negativo para River, a pesar de que los tres puntos se escaparon pura y exclusivamente por la responsabilidad del equipo argentino. En el Monumental, el empate 1-1 con el San Pablo terminó calzando a la perfección para un trámite aburrido.
Fue un primer tiempo ajetreado en el Monumental y, paradójicamente, con la beneficencia como principal incapacidad de ambos lados. ¿Por qué? River regaló, perdonó y San Pablo, lo aprovechó. Luego, se repitió la ecuación pero se alteró el orden de los productos y terminó dejando en tablas la primera etapa.
El Millonario tuvo 10 minutos furiosos: Alario y Mora tuvieron en tres ocasiones distintas la chance clara de abrir el marcador. Lo del uruguayo fue lo más destacado, porque metió un cabezazo abajo del arco que rompió el travesaño del elenco paulista.
La tormenta se disipó, justo cuando un despeje cortó encontró una volea de Ganso que venció la humanidad del elogiado Barovero. Mientras River daba muestras de haber sentido el golpe, Calleri falló una ocasión para nada despreciable y la respuesta fue una increíble ocasión para nivelar: el arquero Denis despejó con los puños un centro que era para capturar y le impactó en el taco de su compañero Thiago Mendes, generando que el balón se meta en su propia valla con un sombrero.
Seguramente el balance del punto no será negativo para River, a pesar de que los tres puntos se escaparon pura y exclusivamente por la responsabilidad del equipo argentino. En el Monumental, el empate 1-1 con el San Pablo terminó calzando a la perfección para un trámite aburrido.
Fue un primer tiempo ajetreado en el Monumental y, paradójicamente, con la beneficencia como principal incapacidad de ambos lados. ¿Por qué? River regaló, perdonó y San Pablo, lo aprovechó. Luego, se repitió la ecuación pero se alteró el orden de los productos y terminó dejando en tablas la primera etapa.
El Millonario tuvo 10 minutos furiosos: Alario y Mora tuvieron en tres ocasiones distintas la chance clara de abrir el marcador. Lo del uruguayo fue lo más destacado, porque metió un cabezazo abajo del arco que rompió el travesaño del elenco paulista.
La tormenta se disipó, justo cuando un despeje cortó encontró una volea de Ganso que venció la humanidad del elogiado Barovero. Mientras River daba muestras de haber sentido el golpe, Calleri falló una ocasión para nada despreciable y la respuesta fue una increíble ocasión para nivelar: el arquero Denis despejó con los puños un centro que era para capturar y le impactó en el taco de su compañero Thiago Mendes, generando que el balón se meta en su propia valla con un sombrero.
En la segunda etapa, aquello que amenazó con ser un partidazo se convirtió en un bodrio con más avisos que confirmaciones. River tiró a la cancha a D’Alessandro, pero lo recostó demasiado por derecha y no pudo hacer más que lanzas algunos centros venenosos que pudieron ser más efectivos. Y ahí entró en escena la clásica estrategia de Bauza: el contragolpe.
Calleri, con la herencia xeneize sobre sus espaldas, intentó aguar la fiesta de River, pero erró una clarísima. También dejó pasar su chance Thiago Mendes, que cuando se iba solo al gol decidió apostar a un inventado penal. Rifó un tanto Vega, con un despeje defectuoso adentro del área chica que no fue usufructuado porque los dos rivales que estaban en sus narices jamás esperaron tal error.
Seguramente el balance del punto no será negativo para River, a pesar de que los tres puntos se escaparon pura y exclusivamente por la responsabilidad del equipo argentino. En el Monumental, el empate 1-1 con el San Pablo terminó calzando a la perfección para un trámite aburrido.
Fue un primer tiempo ajetreado en el Monumental y, paradójicamente, con la beneficencia como principal incapacidad de ambos lados. ¿Por qué? River regaló, perdonó y San Pablo, lo aprovechó. Luego, se repitió la ecuación pero se alteró el orden de los productos y terminó dejando en tablas la primera etapa.
El Millonario tuvo 10 minutos furiosos: Alario y Mora tuvieron en tres ocasiones distintas la chance clara de abrir el marcador. Lo del uruguayo fue lo más destacado, porque metió un cabezazo abajo del arco que rompió el travesaño del elenco paulista.
La tormenta se disipó, justo cuando un despeje cortó encontró una volea de Ganso que venció la humanidad del elogiado Barovero. Mientras River daba muestras de haber sentido el golpe, Calleri falló una ocasión para nada despreciable y la respuesta fue una increíble ocasión para nivelar: el arquero Denis despejó con los puños un centro que era para capturar y le impactó en el taco de su compañero Thiago Mendes, generando que el balón se meta en su propia valla con un sombrero.
En la segunda etapa, aquello que amenazó con ser un partidazo se convirtió en un bodrio con más avisos que confirmaciones. River tiró a la cancha a D’Alessandro, pero lo recostó demasiado por derecha y no pudo hacer más que lanzas algunos centros venenosos que pudieron ser más efectivos. Y ahí entró en escena la clásica estrategia de Bauza: el contragolpe.
Calleri, con la herencia xeneize sobre sus espaldas, intentó aguar la fiesta de River, pero erró una clarísima. También dejó pasar su chance Thiago Mendes, que cuando se iba solo al gol decidió apostar a un inventado penal. Rifó un tanto Vega, con un despeje defectuoso adentro del área chica que no fue usufructuado porque los dos rivales que estaban en sus narices jamás esperaron tal error.
Bajo ese parámetro, los últimos 45 minutos se diluyeron dándole paso a un trámite aburrido, sin emociones. El Millonario alcanzó la línea de los 4 puntos y el próximo miércoles viajará hasta Bolivia para chocar con el líder del Grupo 2, The Strongest. El San Pablo de Bauza jugará su suerte en Venezuela.
Boca:
Boca llegaba a la tercera jornada del Grupo 3 de la Copa Libertadores con cierta exigencia. Es que si bien había arrancando con un punto de visitante, luego no pudo hacerse fuerte de local y otra igualdad lo ponía prácticamente ante la obligación de no tropezar en la difícil altura de La Paz. A 3.600 metros sobre el nivel del mar visitaba a Bolívar con la imperiosa necesidad de sumar para dar batalla en la clasificación.
Pero, como era quizá de esperarse, el arranque no fue nada alentador para el Xeneize. Es que rápidamente se lo pudo ver visiblemente afectado por la altura y la asfixia se hacía notar en cada uno de los protagonistas visitantes. Para colmo de males, Guillermo Barros Schelotto debía meter mano rápidamente porque uno de los referentes se lesionó, Daniel Díaz. Y el elenco local propinó el golpe en cuanto pudo. Antes de la media hora de juego ya se ponía en ventaja gracias a un bombazo de Erwin Saavedra. Y aunque los bolivianos se mostraban como un equipo bastante débil, las condiciones extra futbolísticas no le permitían a Boca plantear una lucha de igual a igual.´
Los minutos corrían y el festejo se hacía esquivo. Sin embargo, cuando parecía que no había tiempo para más, el árbitro uruguayo permitió ejecutar un tiro libre con el tiempo de recupero ya cumplido. A Boca le regalaban una última chance y no estaba dispuesto a dejarla pasar. Fue entonces que Federico Carrizo se convirtió en héroe al ejecutar un violento remate que terminó en el fondo de la red.
El Pachi logró romper una racha de 467 minutos sin que el Xeneize pudiera marcar goles (el primer tanto del certamen continental y de la Era de los Mellizos) y, aunque sigue fuera de los puestos de clasificación, metió a los suyos en la pelea de un parejo grupo. Todavía hay vida.