La dejaron, se acostó con 80 hombres y ahora se hizo monja

Él se fue con su mejor amiga y ella recorrió el mundo teniendo sexo con hombres y mujeres. Ahora está en un convento.
monjaComo en el famoso libro de Julio Verne, la inglesa Laura Jane Williams, de 30 años, ha dado la vuelta al mundo. No en 80 días, sino teniendo sexo en 80 camas distintas. Su tour ninfómano la llevó de Europa a América y ahora todo quedó registrado en un libro, Becoming.

Ella lo explica el porqué de su decisión: «Mi objetivo era acostarme con muchas personas. Pero la idea no nació porque sí. Después de siete años de noviazgo y a punto de casarme, mi novio me abandonó por mi mejor amiga. Desilusionada, decidí distraerme y viajé de mi casa, en Londres, a París, a visitar a un amigo. Terminamos en la cama, fue mi primera relación después de la ruptura. Y me encantó. Ahí surgió la idea de recorrer el mundo. Y aprender de sexo».

En el libro cuenta todas sus aventuras sexuales por el planeta. Y las increíbles maneras que encontraba para acercarse a los hombres: «Una vez, en un bar, tiré unas papas fritas dentro del vaso de un muchacho. Le dije que si me perdonaba podía tener sexo conmigo. Y aceptó. Otro día, en Brasil, empecé a golpear las puertas de las habitaciones del piso del hotel donde me hospedaba. Hasta que encontré una con un hombre sólo. Me ofrecí a tener sexo y él aceptó gustoso. Llegó un momento que todos me daban por igual. Colegas, amigos, desconocidos, todos eran amantes potenciales».´´

Después de su vuelta al mundo retornó a Londres. Pero su apetito sexual ya era insaciable. No sólo era una venganza contra su ex. Y ella lo cuenta: «Una noche fui a bailar y concreté una doble cita en horarios distintos con dos chicos que conocí en el lugar. Salí de la discoteca y al rato estaba uno de ellos en mi casa. Después de dos horas se fue y llegó el otro, un chico de 18 años. Él se quedó hasta la mañana siguiente».

Sus encuentros sexuales no eran sólo con hombres: «Estuve con algunas mujeres. Especialmente con una. La relación duró seis semanas. Con ella hice todo lo que siempre quise en el sexo. Fue fabuloso».

Por ahora paró con su voracidad. Ingresó como monja en un monasterio de Loano, Italia. Pero cree que va a durar poco. Ella misma lo dice: «El sexo me hace sentir bien conmigo misma. Y lo adoro. Veremos cuánto dura mi celibato»

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