El perro lleva el nombre del exfutbolista del Nápoles Ezequiel Lavezzi, a quien se le conocía como Pocho.
La mafia italiana le puso precio a uno de sus enemigos más tenaces: un perro rastreador de drogas que les ha costado millones de euros. El Jack Russell Terrier de nueve años se llama Pocho que trabaja para la policía de Nápoles y que gracias a su olfato ha descubierto más de dos toneladas de sustancias ilegales.
La Camorra, una de las organizaciones criminales más antiguas y más grandes de Italia, ha marcado ahora una recompensa de 5.000 euros para aquel que les lleve la cabeza de Pocho, según The Times.
El perro lleva el nombre del exfutbolista del Nápoles Ezequiel Lavezzi, a quien se le conocía como Pocho.
El animal pertenecía a un médico que vivía cerca del estadio de fútbol San Paolo, pero fue donado a la policía cuando el dueño se dio cuenta de que su hijo era alérgico a la piel del can. Sus últimos actos heroicos incluyen detectar casi 32 kilogramos de cocaína durante una redada.