Maria Strydom, de 34 años, perdió la vida por el mal de altura. Otro integrante del equipo falleció por el mismo problema.
Una escaladora australiana de 34 años murió cuando descendía después de haber coronado el Everest, la montaña más alta del planeta (8848 metros), ubicada en el Himalaya.
María Strydom, profesora de la Universidad Monash, perdió la vida por el mal agudo de montaña, producido por una reducción de la presión atmosférica y bajos niveles de oxígeno. El mismo produce mareos, fatiga, sensación de vértigo, dolor de cabeza, inapetencia, náuseas, pulso rápido, dificultad respiratoria y dificultad para dormir, y en algunos casos, como en el de María, es mortal.
La mujer murió en brazos de su marido, Rob Gropel, quien se encargó de que trasladaran su cuerpo hasta el campamento, y de allí, en helicóptero, fue llevado a Katmandú.
La expedición de la que participaba María ya fue considerada maldita teniendo en cuenta que otro integrante de la misma, el alpinista holandés Eric Arnold, de 35 años, murió el mismo día y por la misma causa, a 8300 metros de altura, durante el descenso. La foto, abajo, es la última imagen de Arnold antes de perecer.
Pese a estas muertes, 330 escaladores han superado la prueba del Everest esta temporada.