El ex comisario había recibido un reconocimiento por su labor y trayectoria en el aniversario de la escuela de subalternos de Rawson en 2019
Condenaron a Tito Nichols por la desaparición forzada de Ángel Bel. El Tribunal lo sentenció a 6 años de prisión. Consideró que aportó información clave para el secuestro del militante del PC.
En un histórico fallo, el Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a 6 años de prisión a Tito Nichols, por considerarlo participante secundario en la desaparición forzada de Elvio Ángel Bel, el 5 de noviembre de 1976, en Trelew. Lo sancionó con inhabilitación absoluta y perpetua para cualquier función pública y tareas de seguridad privada. Por unanimidad, los jueces Enrique Guanziroli, Nora Cabrera de Monella y Ana D´Alessio consideraron que como jefe del Departamento de Informaciones de la Policía del Chubut, el exconcejal peronista aportó datos claves sobre rutinas y movimientos para el éxito del operativo que secuestró al maestro y militante comunista.
Además de declarar el episodio de lesa humanidad, el TOF le ordenó al Juzgado Federal de Rawson continuar la búsqueda de Bel, con todos los medios a su alcance, hasta constatar su paradero final y su destino. En tanto, fue absuelto Hernán Álvaro Hermelo.
El fallo advierte que “el hecho sufrido por Bel es uno de los más aberrantes del catálogo represivo, con seguridad por su actividad partidaria y solidaria con los cautivos carcelarios del régimen en el lugar”.
Lo desaparecieron para “ahogar expresiones disidentes o contestatarias al régimen imperante y los movimientos sociales por ellas engendrados, considerándolos subversivos y enemigos internos”.
El Caso Bel “no fue una esporádica y excepcional acción ilícita de aislados delincuentes trasnochados, sino un evento más inserto en el plan de respuesta del régimen”.
Los jueces admiten que aún no se sabe quién ordenó hacer desaparecer a Bel ni “por cuál de las cadenas formales o informales del poder fue transmitida y quién la ejecutó; la víctima estaba inerme en su trabajo, en el centro de la ciudad, con afluencia de transeúntes, los autores usaron desembozadamente y sin pudor sus armas ante terceros en su oprobioso camino, y todo lleva a concluir que el crimen se perpetró por efectivos y precisos sujetos al servicio estatal”.
El secuestro “no fue un hecho aislado y súbito de la época, sino resultado de las situaciones padecidas entonces por el grupo social de pertenencia de la víctima”.
El fallo considera probado que Nichols aportó información sobre Bel que no hubiese podido lograrse por otro medio. Fue jefe de un área clave. “Diseñó y ejecutó toda la tarea de información, no sólo era destinada a fines de persecución penal lícita, sino a los estamentos políticos de Gobierno y de Inteligencia, incluso extrapolicial, involucrados en la represión”.
Recopiló y derivó información de actividades políticas a los circuitos represivos del Estado nacional, y fuerzas armadas y de seguridad operativas en la región. “En esa actividad lo halló la desaparición de Bel, su vecino y coterráneo en la reducida población de entonces y cuya pertinaz faena política y solidaria en el área nadie ignoraba”.
“Poco importa que su tarea fuera a través de recortes de diarios o trabajos de campo cuando no desconocía su fatídico destino final”. Tito sabía que sus contenidos “eventualmente desembocarían en el delito”.
La información que proporcionaba a la comunidad de inteligencia local eran órdenes del Ministerio del Interior al Gobierno provincial.
“Incluían actividades políticas de Partidos en uno de los cuales militaba su vecino desaparecido y el bagaje de indagaciones minuciosas era compartido con otros estamentos”, incluido el Ejército y la Base Aeronaval Almirante Zar.
“Se probó el plan ejecutado coordinadamente orientado a privar de la libertad ambulatoria y suprimir al damnificado, con apoyo de la autoridad policial provincial, aportando la información necesaria y precisa sobre el elegido, para su victimización”.
Además de la Policía, Bel era seguido por el Servicio Penitenciario Federal, el Ejército y la SIDE. “Se demostró un plan clandestino, tramado y ejecutado por funcionarios estatales que conocían en la zona las actividades de Bel y estuvieron dotados de la capacidad y de medios eficaces para aprehenderlo, haciéndolo coordinadamente a la luz pública, dificultando la denuncia y sin información sobre su destino”.
El 5 de noviembre de 1976, Bel fue visto salir de su comercio en 25 de Mayo en compañía de varios hombres desconocidos, abordar un vehículo de los que esperaban afuera y entregar a su hijo de ocho meses, con una nota adherida a su pierna, en la casa de un vecino, en presencia de hombres armados.
Para el TOF, el comisario Nichols fue el eslabón de un plan criminal “de comportamientos ilegales, dirigido con todos los medios a su alcance, en un área precisa hacia la víctima elegida”.
Nichols conocía los efectos de su tarea y las relaciones con otros organismos.
“Nada escapaba a su conocimiento, de lo contrario no habría desempeñado ni progresado en tal tarea; usualmente se conducía con pocas personas, contaba con recursos suficientes y era su decisión y control. Por su conocimiento y versación era el máximo responsable oficial del aporte informativo policial provincial al Gobierno, Fuerzas Armadas y de seguridad e inteligencia”.
La información que aportó “permitió el éxito del ilícito, sabía las novedades día a día y más en la zona de su desempeño y cuando como en el caso, era vecinos del otro de actividad política reconocida, en un Partido contestario del régimen imperante”. el comisario “tuvo acceso directo e inmediato a todas las fuentes de indagación”.
“No fue la actuación de un comisario negligente o desaprensivo, no fue producto de una errática y solitaria decisión individual, sino por el conocimiento, aceptación y aporte del máximo responsable de la información policial oficial, se forjó conscientemente un plan focalizado represivo para la localidad”.
Nichols sabía que los datos que aportaba “exponía cada vez más a la víctima”. Su labor “demandó comprobaciones personales que servirían a los ignotos autores para perpetrar el delito, y el responsable de cursar esos datos, por su experiencia y jerarquía, lo conocía”.
Los datos que recopiló “resultaron lo suficientemente útiles para permitirle a sus autores diseñar, planificar y cometer exitosamente el delito”.
El fallo considera verificado el “ahínco” de Tito “en la persecución de determinadas posiciones políticas y no desdeñó asistir personalmente a eventos populares de índole política y sin explicar a qué efecto, a menos que fuera continuar el aporte de información calificada, además de la obligada semanal al Gobierno y a la comunidad oficial de inteligencia interfuerzas”.
Nichols produjo información calificada sobre Bel. “Debió ser así por la precisión con la que actuaron los autores para ubicarlo, en su comercio, en el radio céntrico, en horas que estaba solo, cerrándolo, en momentos que se producían los recambios de la actividad policial. Nichols controló la información policial y fue un engranaje en esa represión ilegal”.
El comisario participó del plan. “Localmente prestó sus servicios y puede incluírselo por su protagonismo funcional y jerárquico, que fue demostrativo de un estado de cosas de esa época, aprovechado para sus fechorías por un sector aún ignoto de funcionarios estatales que actuaron en la ciudad, cometiendo el delito consignado y que desgraciadamente por incompetencia, inoperancia o peor sencillamente complicidad, terminaron sin juicio y castigo, y generando a los delincuentes una extendida sensación de impunidad que exacerbó sus comportamientos”.-
“Se demostró un accionar previo mancomunado sobre el elegido, cuyas rutinas y actividades conocían sobradamente los autores, cometiendo el crimen mientras estaba en indefensión, en su horario habitual de comercio, privándolo de libertad, ocultándolo y conduciéndose en derredor, sin riesgos, asegurando su impunidad y negando el hecho a ultranza ante cualquier averiguación o reclamo”.
Cabe recordar que el ex comisario había recibido un reconocimiento por su labor y trayectoria en el aniversario de la escuela de subalternos de Rawson en 2019