Una activista encontró al niño en la calle, desnutrido y lleno de gusanos. Sus padres decidieron dejarlo morir por “brujo”.
Una activista danesa rescató de las calles de Nigeria a Esperanza, un pequeño expulsado de su hogar porque sus padres consideraban que era un brujo y, según su tradición, la permanencia en la casa es un peligro y por eso optan por el destierro familiar.
Esta aberrante tradición hace que miles de niños convivan solos en las calles del país africano, alimentandose de los que juntan en la basura o le arrojan los vecinos.
African Children’s Aid Education and Development Foundation es el nombre de la ONG de la danesa Anja Ringgren Loven, la cual busca evitar la muerte de estos “niños brujo”. El 31 de enero pasado, Loven encontró un pequeño de 2 años, desnutrido y colmado de parásitos, le dio agua, lo cubrió con una manta y lo tomó en sus brazos.
En las fotos del encuentro se lo ve al niño que apenas se mantiene de pie, con la mirada perdida. En ese momento llevaba 8 meses viviendo fuera de su hogar, alimentándose de la basura.
“Miles de niños están siendo acusadas de ser brujos, niños torturados y asustados”, escribió Loven en Facebook. En esa misma cuenta subió las fotos del niño, al que llamó “Esperanza”.