En la cima de la popularidad, y con disco nuevo, el cantante criticó la novela Educando a Nina.
Ulises Bueno sabe que está ante su gran noche y se siente preparado. Será su primera presentación en el mítico Luna Park de Buenos Aires (este jueves a las 21), el escenario al que han llegado las glorias de la música del mundo, entre ellas una muy especial: su propio hermano Rodrigo, que hizo la tremenda secuencia de 13 shows consecutivos en el año 2000, un par de meses antes de morir en un accidente.
“Es especial por donde se lo mire. Es un lugar que me trae muchísimos recuerdos. Donde vi a mi hermano las 13 noches. Nos llena de orgullo porque es un premio al esfuerzo que venimos realizando, que creo que lo venimos haciendo bien porque la gente nos demuestra su cariño cada vez que vamos a un show”. Del otro lado del teléfono, Ulises suena sereno y confiado. Está ensayando con su banda en La Morocha, ajustando detalles para lo que será uno de los impactos más contundentes de su carrera, que cobró un fuerte impulso en los últimos años.
Ulises siente que va a conquistar la Capital. Y, cosas del destino, le toca justo en el momento en que Córdoba está “en llamas” por el modo en que la novela Educando a Nina (Telefe) ha retratado a los cordobeses y ¿parodiado? a Rodrigo y a la familia Bueno.
–¿Estás al tanto de la polémica?
–Sí. La verdad que no estoy muy de acuerdo con la tira. Es prácticamente una parodia a lo que es mi familia. Además, los cordobeses no somos tan mal hablados, ni somos tan… (piensa unos segundos) de clase social baja. Nos hacen aparecer como si fuésemos inútiles o no tuviésemos cultura. Y bueno, estoy totalmente en desacuerdo con la representación de un cordobés con el pelo teñido de colores y haciendo un poco de ignorante, cuando Rodrigo tenía mucho estudio sobre la música, mucho estudio de la vida y era un tipo que sabía defenderse bien.
–Te molesta bastante.
–Y, en realidad sí. Podrían haber buscado la interpretación de otra persona o haber hecho un nuevo estilo de alguien que canta. Eso no es cordobés. Identifican al cordobés con la imagen de mi hermano y hacen semejante papelón.
–Tu mamá está enojada también.
–Seguro. Para nosotros, para la familia, es una burla. Y todos los colegas de nuestro género defienden nuestra opinión, porque el cordobés, por ser cuartetero, no quiere decir que sea ignorante, ni mal hablado, ni una persona tan incapacitada.
–¿Estuviste en los 13 shows de Rodrigo?
–Sí, yo tenía 14 años. Yo era el fan número 1, estaba siempre observándolo en todo momento, en el camarín, cuando salía. Aparte de mi hermano, Rodrigo era mi ídolo, y un tipo tan comprometido con la música… Cuando él pasaba todo el mundo se daba vuelta. Yo admiraba todo eso y, la verdad, soñaba con tener esa oportunidad de estar arriba del escenario. En los minutos previos a cada presentación, la gente coreando su nombre… Yo lo admiraba…
–¿Ya tenías la intención de hacer tu carrera?
–Yo me preguntaba si algún día la gente corearía mi nombre. Hoy lo recuerdo y me emociona. Recuerdo esos momentos y digo ‘la pucha’. Cuando yo lo veía al ‘loco’, soñaba con esa posibilidad. Y me hubiese gustado compartirlo con él, pero bueno… cosas de la vida…
–¿Y qué llevás al Luna?
–Vamos con toda la artillería para hacer una puesta que asombre. Va a ser un show muy dinámico. Empieza a las 21 y termina a las 12 de la noche, más corto que los bailes de aquí. Habrá invitados de otros géneros, gente del rock. Pero son sorpresa, no queremos lucrar con ellos, son personas conocidas, no está bueno hacer marketing con sus presencias.
–¿Le tenés fe al disco nuevo (se llama No me pidan que baje el volumen)?
–La verdad que tenemos muy buenas canciones que son de autoría propia, eso es muy importante para nosotros. Si bien los covers nos dan mucho a nosotros, hoy tener la posibilidad de tener un autor como Marcos Bainotti, como el Cabra Valdés…
–¿Tenés alguna preferida?
–A mí me gusta Gabriela (de Bainotti). Pero hay muchos temas. Amante enemiga es muy lindo y da mucho gusto cantarlo. La gente se engancha.
–El tema de difusión, Cómo te atreves a volver, es de música country. ¿Cómo es eso?
–A nosotros nos gusta innovar. Puede resultar un fracaso o la gente lo puede adoptar para toda la vida. Se nos ocurrió la idea de incorporar el banjo en vivo, y creo que el resultado es muy bueno. Da gracia porque la gente por ahí no sabe ni cómo bailarlo. El tema es muy country y tiene mucha energía.
–¿Y el look sigue igual?
–Sííí. No ha cambiado nada. Lo tiro más para el lado del rockabilly, el estilo de los años ‘50, ‘60. Me gusta mucho y me siento cómodo. Creo que el artista tiene que tener una identidad no por el género que interpreta sino por cómo se sienta cómodo, y defender esa identidad arriba del escenario. Es lo que me pasa con mi imagen. Lo fui descubriendo a través del tiempo, fui incorporando los lentes, el sombrero, el guante. Así es como me siento cómodo ahora y lo puedo defender cuando surgen las preguntas, jaja.