Inventó un sistema que produce hidrógeno con la orina. Se puede usar para cocinar, calentar el agua o generar electricidad.
El ingeniero mexicano Gabriel Luna-Sandoval (41) inventó una máquina que puede transformar la orina en un biogas que puede servir para cocinar, calentar agua o hacer funcionar un generador de electricidad. Además, este aparato podría incluirse en las naves espaciales para las futuras misiones tripuladas de larga duración.
Mirá también: Vamos camino a una elección drástica: el celular o la vida
El dispositivo es un tanque de acrílico de 20 centímetros cuadrados que tiene acoplados dos electrodos metálicos. Cuando la corriente pasa por ellos, ocurre un proceso de electrólisis por el cual se separa el oxígeno y el hidrógeno que hay en el agua de la orina. Esto permite usar al hidrógeno como combustible.
Tal como explica Luna-Sandoval, este invento es, en su opinión, «una gran innovación y tiene una alta viabilidad». Según dice, bastan con 13 o 21 mililitros de orina para calentar el agua para una ducha de 15 minutos. Si se quieren cocinar unas papas en una cacerola durante una hora, harían falta 70 o 130 mililitros.
No debería ser problema, porque según los cálculos de Luna-Sandoval «un adulto produce 1,4 litros de orina al día», lo que eleva el total a los 25.550 litros al año.
El investigador aclara que su dispositivo tiene un inconveniente: cuando la orina lleva mucho tiempo almacenada incrementa sus niveles de amoniaco y puede corroer los electrodos de su aparato.
El especialista destacó que el gas no tiene olor. Para recoger la orina sin tener que mancharse las manos, el ingeniero propone instalar un sistema de tuberías que lleve el líquido hasta un tanque de procesamiento.