Porqué bajan las comisiones de las tarjetas de crédito, pero los precios no

Desde el año pasado el Gobierno comenzó a reducir gradualmente las tasas que pagan los comerciantes. Sin embargo, éstos se niegan a perder ni un peso de rentabilidad.

Desde el 1° de enero el arancel en las tarjetas de crédito se reduce a 2,35% del 3% que se pagaba en marzo pasado, mientras que para las ventas con débito pasó de 1,5% a 1,1%.

Ante este escenario, es lógico que los clientes esperen que esta mejora para los comerciantes se traduzca en una reducción de precios. Sin embargo, variables como la inflación imposibilitan esta opción.

«Antes el comerciante se hacía cargo y resignaba rentabilidad pero ahora no se ve que esa baja de comisiones se traslade a los precios finales, y si ocurre, será muy marginal, casi imperceptible», analiza Diego Martínez Burzaco, economista y director de Director de MB Inversiones.

Para Miguel Calvete, presidente del Instituto de Estudios de Consumo Masivo, INDECOM, «en el 90% de los comercios no habrá una rebaja de precios, sólo el restante 10% los comerciantes más responsables serán quienes llevarán el mismo porcentaje de rebaja de comisiones a una rebaja de los precios».

La modificación de la Ley 25.065 –de tarjetas de crédito– para regular la tasa que cobran los bancos emisores de tarjetas y eliminar la restricción a la diferenciación de comisiones comenzó a implementarse en 2017. La tasa de intercambio representaba, en ese entonces, cerca de 95% de las comisiones que las tarjetas cobraban a los comercios.

De esta manera, la profundización de la medida apunta a lograr mayor competitividad y rentabilidad a nivel comercial.“Más competencia permitirá que los comercios obtengan comisiones menores, más alternativas de financiamiento y mejores servicios”, expresó el Secretario de Comercio, Miguel Braun en un comunicado.

El convenio estableció que el máximo que podrán cobrar los plásticos a los comercios es de hasta 1,8% por cada operación en crédito y 0,8 en débito en cuatro años, lo que representa un cambio significativo del mercado ya que en la Argentina hay 42 millones tarjetas en circulación, de las cuales, 24,5 millones son de crédito.

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