Luis Islas, el ayudante de Dios: cuenta cómo es trabajar con Maradona en el Al Fujairah

«Para estar al lado de Diego, el número uno, hay que laburar, ser respetuoso y meterse en todos los detalles», dice el ex arquero de la Selección y de Independiente.

«Tengo una gran relación de cariño y respeto hacia Diego desde hace mucho tiempo. Cuando terminé de dirigir a Deportivo Español y él me habló sobre la posibilidad de venir a trabajar con él a Emiratos Árabes Unidos, no lo dudé. Le dije que sí inmediatamente. Llevamos medio año de trabajo y estamos muy contentos, porque conseguimos resultados». Diego es Maradona, claro, y quien que está del otro del teléfono en la charla con Clarín, en plena madrugada árabe, es Luis Islas. A los 52 años, el ex arquero campeón del mundo con la Selección en México 1986 y figura en el Independiente de los ’90 se convirtió en el ayudante de Dios: desde mitad de 2017 es el primer colaborador de campo de Diego Armando Maradona en el Al Fujairah Sport Club de la segunda división del fútbol de Emiratos Árabes Unidos.

«Primero vine solo, porque generalmente el primer mes me gusta instalarme con todo en el club para conocer bien cada detalle. Después vinieron mi señora Analía y mis hijas. La más grande es Dafne, de 20 años, que está estudiando Ingeniería Civil, y la más chica es Kenita, de 7. Siempre me acompañaron a todos lados. Es una forma de vida que elegimos como familia. Donde me toca trabajar, ahí están ellas. Queremos estar unidos», cuenta Islas, instalado en una cómoda suite de un hotel del emirato de Fujairah, situado a unos 170 kilómetros de Dubai.

El ex arquero dice que lo que más lo impactó de entrada apenas puso sus pies en territorio árabe fue el clima. Aunque ahora sea invierno allá y los días son más agradables, se la pasa mal en la época de verano. «El año pasado, apenas vine, era verano y hacía 48 o 50 grados a la sombra. Y a las ocho de la noche baja a 43 nada más, ja. Las paradas de bus tienen aire acondicionado porque si no te morís esperando el bondi», describe Luis.

Y regala un ejemplo real para tener una noción de lo que se padecen las altísimas temperaturas: «A 50 metros del hotel donde vivo hay tres shoppings y si quiero puedo ir caminando. Pero en verano esos 50 metros no se pueden hacer. Es imposible. Tengo que ir en camioneta. Es muy bravo el calor. Salgo a la puerta del hotel y se me empañan los anteojos. No te miento. Caminás 20 metros y sufrís. Es mortal».

Pero el insoportable calor no es a lo único que debió adaptarse. El Islam es la religión que impera en esas tierras y la hora del rezo es obligación para los musulmanes. «A la madrugada, la ciudad está en silencio y de pronto se escucha el llamado al rezo desde la mezquita que tengo acá cerca. Es muy imponente. Es una costumbre muy fuerte, que me genera mucho respeto. En el entretiempo, antes de darle una indicación táctica a los jugadores con Diego, tenemos que esperar a que primero recen. Es así», explica Islas.

La charla se vuelca inevitablemente hacia el astro nacido en Villa Fiorito, que ahora comanda el cuerpo técnico del Al Fujairah SP. Y mal no le va… Este equipo participa en la División 1-Grupo A de la Liga Árabe del Golfo, algo así como la segunda categoría, a la cual cayó en 2017. El conjunto de Diego y Luis se encuentra en los primeros puestos de la tabla y el objetivo es lograr el ascenso al finalizar la temporada. Además, persigue otro sueño mucho más grande: se metió en los cuartos de final de la Copa Presidente de EAU al dejar eliminado a un equipo de la Primera con un jugador menos. El 11 de abril enfrentará al Al Wasl, dirigido por Rodolfo Arruabarrena.

«Mi vida ronda alrededor de tres puntos: mi familia, mis amigos y el fútbol. Es la base de mi vida. Estar trabajando al lado del número uno del mundo y que los resultados nos acompañen me hace estar muy feliz», confiesa Islas sobre esta experiencia que le llegó después de sus pasos como entrenador por Central Norte de Salta, Racing de Córdoba y Deportivo Español.
-¿Qué significa laburar codo a codo con Maradona?

-Mucho placer y mucha responsabilidad. Estar al lado de Diego es una responsabilidad enorme. Yo se lo digo. Para estar a su lado hay que laburar, ser respetuoso y estar en los detalles. Diego genera movimiento en cada lugar al que vamos y cosas distintas al resto de los seres humanos. Tengo la suerte de ser entrenador junto a él y para mí es un placer gigante. La mejor forma que tengo de ayudarlo es con trabajo.

-Se lo ve contento a Diego a través de las redes sociales. ¿Vos cómo lo ves?

-Esta feliz acá. Se hace 300 kilómetros todos los días. Diego vive en Dubai, que está a 140 kilómetros de Fujairah. Todos los días va y viene. Eso marca lo bien que está y las ganas que tiene. Cuando agarramos, en el primer entrenamiento nos encontramos con un equipo bastante desprolijo. Nos miramos y nos dijimos: “Ah, va a estar difícil esto”. Hoy tenemos un equipo de fútbol con una idea clara de juego y ordenado. Ya clasificamos a los cuartos de final de la Copa más importante de Emiratos y si el campeonato terminara hoy, estaríamos ascendiendo. Es el único equipo de Segunda que le ganó a uno de Primera. Diego está feliz porque está haciendo lo que ama en un campo de juego.
-¿Qué tipo de fútbol se juega en Emiratos Árabes Unidos?

-La característica más común del jugador de acá es la velocidad. Son futbolistas rápidos, explosivos. Hay jugadores de buen pie y muy dinámicos. Tácticamente tienen que trabajar mucho para lograr un equilibrio, porque no tienen mucha disciplina táctica para saber manejar bien los partidos durante los 90 minutos.

-¿Hay futbolistas en esa liga con un nivel que les permita jugar en el fútbol argentino?

-Nosotros tenemos un par de jugadores muy interesantes. Lo hablamos siempre con Diego. Habría que ver si se adaptarían a la Argentina en el caso de que salgan de acá. Pero por lo que uno ve futbolísticamente, podrían jugar tranquilamente allá.
-¿Y qué estilo de juego tiene su equipo?

​-Es un equipo que tiene mucha recuperación de la pelota y que busca ahogar al rival en su campo. La idea es recuperar rápido y jugar en campo del oponente. No es un equipo que espera. Va a buscar el resultado. Hace poco le ganamos a un equipo de Primera y jugamos 70 minutos con un hombre menos. Eso habla del orden. Hacemos los cambios pensando en ganar. Buscamos pelear la Copa y conseguir el ascenso.

-¿El hincha se fanatiza con el fútbol?

-Diego genera eso. La gente viene a los entrenamientos, quiere sacarse fotos con él y lo quiere tocar. Es extraordinario lo que siente la gente por él. Y a los partidos van hinchas. Quieren que ganemos, presionan. No tienen el grado de agresividad que a veces vivimos en la Argentina. Son más respetuosos. Pero exigen ganar y si se puede hacer tres goles, mejor.

-¿Cómo es la relación con los jeques?

-Acá tenemos al Sheikh Maktoum Bin Hamad al Sharqi, que es una persona muy fuerte en los Emiratos. Y después el club tiene un comité de dirigentes que habitualmente están con nosotros. Todo está muy ordenado. Te puedo asegurar que ellos saben todo. A Diego lo conoce todo el mundo, pero cuando yo llegué ya sabían quién era, qué hacía y cómo trabajaba. No se les escapa nada. Son respetuosos, pero exigen. Permanentemente nos dicen que tenemos que ganar. No es light. Con Diego estamos acostumbrados a la presión y estamos bien con eso.

-¿Pensás en seguir allá mucho tiempo más?

-Tenemos contrato hasta mitad de año. Obviamente que yo estoy con Diego de principio a fin. Hasta el último segundo que esté Diego, estaré yo.

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