A casi 10 meses de la trágica imagen de Aylan Kurdi, el niño sirio de tres años que apareció sin vida boca abajo en una playa turca, una instantánea similar vuelve a recorrer el mundo. En la misma, se puede observar a una criatura ahogada en los brazos de un rescatista, dentro de un barco anclado, en aguas internacionales frente a Libia.
El drama cotidiano que viven los refugiados para llegar a Europa quedó resumido una vez más en una fotografía de un bebé ahogado en brazos de un voluntario europeo que intentaba evitar que cientos mueran en el Mediterráneo, un destino que, sin embargo, ya compartieron al menos 1.000 personas en una semana.
La imagen, distribuida a Télam y otros medios por la organización humanitaria alemana Sea-Watch, fue tomada el viernes pasado por uno de sus voluntarios en un barco anclado en aguas internacionales frente a Libia, que se dedica a rescatar a refugiados y migrantes y llevarlos de manera segura hasta Italia.
No sé sabe el nombre del bebé, que parece tener menos de un año, ni de su historia, incluyendo si viajaba solo o con su familia. Lo que la organización alemana sí pudo informar en un comunicado es que, además del niño, murieron 45 de las 180 personas que viajaban en una de las precarias embarcaciones de madera que todos los días parten de la costa libia con destino al sur de Italia, pese a que no tienen la capacidad para completar tamaña travesía.
«Se trata de la ruta más peligrosa de todas y los barcos no están hechos para llegar a Italia, no tienen la capacidad. Simplemente zarpan, navegan un poco y esperan en aguas internacionales hasta que alguien los rescate. El año pasado rescatamos una barcaza que esperaba hacía cuatro días. Varias personas ya habían muerto deshidratadas», contó Ruben Neugenaper, vocero de Sea-Watch, a Télam.
La imagen del bebé ahogado en brazos del rescatista recuerda a la de Aylan Kurdi, el chico sirio de tres años que apareció el 2 de septiembre pasado muerto boca abajo en una playa turca, luego que el gomón en el que viajaba su familia se hundiera intentando llegar a las costas griegas de la Unión Europea (UE).
Desde la conmoción global que provocó la imagen de Aylan, más de 340 chicos y bebés murieron ahogados en el Mediterráneo intentando llegar a una Europa cada vez más hermética, según la última estimación publicada por el organismo de la ONU para la niñez, Unicef, en febrero pasado.