«Diego estuvo una hora y se fue, no podíamos contener a la gente». Dijo una de las mozas del staff «internacional» de «Café Diego», el bar temático que Maradona lanzó el pasado 30 de octubre en Abu Dabi, en ocasión de su cumpleaños número 56. La joven, cubana, es compañera de una italiana, una colombiana y una argentina, originaria de Caleta Olivia. Esta última prepara los postres del local de Maradona.
Esa multitud del día inaugural no se repitió en los subsiguientes, y por el momento, el lugar, ambientado con el clásico paisaje de conventillos de Caminito, pelea por subir el ritmo de trabajo.
Cuadros de todos los tamaños y con todos los momentos del «10» adornan las paredes del comercio, que tiene sillas con los colores de todas las camisetas que vistió Maradona a lo largo de su carrera: Argentinos, Boca, Barcelona, Napoli, Sevilla, Newell´s y la Selección. Las casacas de estos equipos están colgadas en un tendedero entre los simulados balcones de las casas de La Boca.
Un mural que reproduce una icónica foto de Maradona gritando un gol tiene escrito el nombre de Quique, por «El Carnicero», ex líder de la hinchada de Boca, cuyo local, «La glorieta de Quique» está a metros de la Bombonera.
El paisaje lo completan una réplica de la Copa del Mundo y televisores que pasan una y otra vez, hasta el cansancio, los goles y las mejores jugadas de la carrera de Maradona.
En la entrada, donde una moza recibe a los clientes, está cruzada una vieja van Volkswagen, pintada con imágenes alusivas. El interior no es grande, pero sí cálido. Al fondo está la cocina, donde dos chefs argentinos preparan los platos.
Cuando llegan clientes argentinos, las mozas buscan tentarlos con la parte del menú que ofrece carnes de las pampas. El «bife Maradona» cuesta 145 AED (Dírham, la moneda local), que equivale a unos 40 dólares. También venden alfajorcitos, a 2,5o dólares, milanesas napolitanas, a 25 dólares, y un invento «criollo», el mate con helado, a 7 dólares.
«Café Diego» está ubicado en Nation Galleria, un centro comercial boutique, cercano al lujoso Nation Towers, y al que se puede acceder desde el St. Regis Hotel, el mismo en el que estuvo alojado Maradona y pocas horas después Gabriela Michetti, de gira por Medio Oriente. El cruce entre ambos que no se produjo por poco, fue narrado por Infobae durante la cobertura del viaje de la vicepresidente. No sólo se alojaron en la misma suite del piso 48, sino que además la sala en la que Maradona recibió un agasajo fue la misma en la que Michetti mantuvo una entrevista con el príncipe heredero de Abu Dabi, el Sheikh Mohammad Bin Zayed Al Nahyan.
Quién financia el emprendimiento
Si bien «Café Diego» abrió el 30 de octubre, el local estaba en condiciones de funcionar desde casi nueves meses antes. Sus empleados estaban ansiosos por el momento de la apertura, que finalmente se realizó con un paso fugaz del «10» el día de su cumpleaños. Su presencia era la señal de largada para cortar la cinta de entrada.
La imagen es la de Maradona, pero el conglomerado Al Rumaithy Investment Group (RIG), de Khamis Mohammed Al Rumaithy, amigo y admirador del ex futbolista, estaría detrás del financiamiento del «Café Diego». En mayo pasado, cuando el ex técnico de la Selección presentó su libro «México 86, Mi Mundial, Mi verdad», una de las dedicatorias fue para «A Al Rumaithy y su familia, de Abu Dabi».
Al Rumaithy es el dueño de la marca dubaití Romai, la misma que el año pasado firmó un contrato millonario con la Federación de Fútbol de Jamaica para vestir a los futbolistas de la tierra de Bob Marley.
Maradona y Al Rumaithy estuvieron durante el anuncio de ese acuerdo, realizado en el Emiratos Palace Hotel de Abu Dabi. Romai, fundada hace cuatro años, selló un vínculo con los jamaiquinos por cinco temporadas a cambio de casi 5 millones de dólares. Romai también tiene contrato con equipos de Palestina y de Bahrain.
El grupo RIG cubre un amplio espectro que va desde tecnología y servicios técnicos para aviación, pasando por los alimentos y bebidas, y hasta los bienes raíces. Por lo pronto, estaría en carpeta el lanzamiento de franquicias para que «Café Diego» se expanda en el mundo árabe, y según algunos que están cerca del negocio, de saltar casi 15 mil kilómetros y desembarcar en la Argentina.