Fue secuestrada en Sudáfrica cuando tenía tres días. Sus padres la encontraron 17 años después, pero ella no los quiere ver.
Zephany es el nombre que sus padres biológicos, Celeste y Morne Nurse, le dieron a su bebé tan pronto nació en el Hospital Groote Schuur, en Ciudad del Cabo, el 27 de abril de 1997. Pero tres días después de nacer, fue robada.
Ahora, la Justicia sudafricana condenó a diez años de prisión a la mujer que en 1997 la robó. Fue hallada culpable de secuestro y fraude.
El juez del Tribunal Superior de Ciudad del Cabo, John Hlophe, tomó la decisión tras recordar que la mujer, de 52 años, no mostró arrepentimiento alguno por el rapto de Zephany.
La mujer, cuyo nombre no trascendió para proteger la identidad de Zephany, como se llamaba la bebé al nacer, fue detenida en febrero de 2015, después de que los padres biológicos encontraran por casualidad a su hija.
El descubrimiento se produjo gracias a la hermana biológica de Zephany, que advirtió a sus padres de lo mucho que se parecía a ella una chica cuatro años mayor que acababa de llegar a su instituto.
Esperanzados ante la posibilidad de que fuera su hija desaparecida, los Nurse invitaron a la adolescente a su casa y, tras constatar la enorme semblanza, llevaron a la Policía un vaso del que la chica había bebido. Una prueba de ADN acabó confirmando que se trataba del bebé que les fue robado. Las pruebas posteriores lo ratificarían.
Pero a una historia que se nutre de golpes de efecto, le faltaba el más grande. Y lo dio la propia Zephany. Tras el arresto de la mujer que la robó, la chica fue puesta en custodia de las autoridades, pero decidió volver a casa con el hombre que la secuestró y que creía era su padre.
Zephany pidió públicamente respeto para la mujer que la ha criado a pesar de haber quedado probado que la había secuestrado. Según la confusa versión de la condenada, desechada por el juez, la criatura le fue entregada en una estación de tren por una mujer llamada Silvia.
Durante su testimonio, la mujer expresó que había sufrido varios abortos espontáneos que la hicieron anhelar desesperadamente un hijo propio a quien amar. «Nadie me cree en este momento pero soy una víctima también. Fui engañada a participar en algo que desconocía», dijo en una entrevista antes de su condena.
También expresó que había firmado los papeles de adopción pero que los había perdido. Nadie le creyó. Los sudafricanos no entienden como su marido no fue condenado. El hombre dijo que sólo se enteró de la verdadera identidad de la joven cuando la noticia se conoció el año pasado.
El hombre continúa apoyando a su mujer: «Siempre le agradeceremos por ser una madre maravillosa. Durante 17 años mantuvimos la tradición de llevarle el desayuno en la cama a mi esposa todos los Días de la Madre junto a Zephany. Yo preparaba los huevos y Zephany preparaba las tostadas, las flores y los regales. Ella también hacía las decoraciones».
Con este hombre vive actualmente la chica a pesar de haberse enterado de su historia. Zephany no habla directamente con los medios, pero en un comunicado emitido a través del Centro de la Ley del Menor, se quejó de la manera en que los medios representaron a la mujer que ella continúa viendo como su madre. También habló del hombre que la crió como padre: «Está destruido, pero todavía encuentra la bondad para apoyar a su familia».
El juez dictaminó que la chica debía reunirse con sus padres biológicos, pero ella se negó sistemáticamente. El amor de los Nurse, sin embargo, es paciente y resistió la prueba del tiempo.
Celeste, la mamá de la chica, contó al tribunal cómo la familia festejó todos los cumpleaños de Zephany cuando estuvo desaparecida. Así que están preparados a brindarle todo el tiempo que necesite y a trabajar arduamente para ganarse su confianza y afecto.
Durante la audiencia de sentencia, Morne, el papá de la chica, expresó al tribunal que su matrimonio con Celeste sufrió y que ambos lucharon para reparar su relación. Pero la pareja se divorció en febrero de 2015.
Morne lloró cuando habló de los largos años que pasaron junto a su mujer buscando a su hija: «No sé cómo la acusada mantuvo a Zephany escondida por tanto tiempo. Siempre la buscamos. No tengo una relación con mi hija y eso duele».
Al emitir su veredicto, el juez Hlophe describió el testimonio de la acusada como un cuento de hadas y declaró que «el tribunal lo rechaza con el desprecio que se merece».
A pesar de ello, Zephany, en otro comunicado, dijo que permanecerá con quienes la secuestraron, porque los considera sus padres, no así a sus verdaderos papá y mamá biológicos. Y hasta declaró que esperará que la mujer que la robó, salga de la cárcel.
Una historia de perdedores. Un hombre y una mujer que son secuestradores y ahora enfrentan el castigo de la Justicia. Un par de padres biológicos que durante 19 años sufrieron la desaparición de su hija, y que a pesar de buscarla sin tregua, no tienen su amor. Y por último Zephany, que durante toda su vida, salvo tres días, vivió con un par de criminales a los que ama y de los que no quiere despegarse.
Una historia de perdedores. Porque en este caso de la vida real, que parece una película, y donde sólo hay dolor, mentiras y lágrimas, no puede haber ganadores. Sólo tristes perdedores.