Hugo Eduardo Carcacha y María José Toledo, brigadistas, perdieron todo con el terrible incendio que azota a El Bolsón desde hace ya unos días.
Hugo y María José trabajan en la Brigada Nacional Sur del Servicio Nacional de Manejo de Fuego desde hace 18 años. Mientras María realiza tareas administrativas y se encarga de la restauración del bosque post-fuego, Hugo trabaja en el sector de logística. Juntos fueron construyendo poco su casita en el medio del bosque, hasta este verano en que pudieron darle el toque final con una mano de pintura.
“El día que comenzó el fuego yo estaba trabajando en un foco que se había iniciado en el Cerro Currumahuida”.
Hugo nos cuenta que mientras él estaba trabajando por apagar un foco que se había iniciado cerca de Lago Puelo recibe la peor llamada: desde su hogar ya se divisaba una columna de humo en la zona del Cajón del Azul. La situación desesperante se agrava con el viento que no daba tregua y lo obliga a volver.
“Cuando yo llegué el viento era muy fuerte, había mucho humo y caían pavesas”.
Al momento de volver a su hogar, los años de experiencia de Hugo lo hacen plenamente consciente de lo grave que era la situación: “Con mi hija y mi señora cargamos a los perros y a los gatos. Alcanzamos a manotear algunas cosas y nos fuimos para el pueblo”. Pese a los esfuerzos de todo el personal para que el fuego no pase la ruta y no llegue a las casas, las adversas condiciones climáticas les impidieron detenerlo. Horas después Hugo puede ingresar a su casa para presenciar lo peor: todo había sido devorado por las llamas.
“Encontré todo arrasado: la casa, mi tallercito, el tanque de agua. Nada, no había quedado nada”.
Con 64 años y a punto de jubilarse, Hugo había planeado utilizar su taller para enseñar otra de sus pasiones: la alfarería. Con mucho esfuerzo logró comprarse todas las herramientas necesarias para hacer de su hobbie un trabajo productivo, sin embargo, “no quedó nada”.
“Hay gente que perdió el lugar donde trabajaba, con el que se ganaba el sustento”.
Pese al terrible momento que les toca vivir como familia, Hugo elige agradecer a quienes los acompañaron: “Quería agradecer el apoyo de todos mis compañeros de la brigada, de los amigos, de los conocidos, incluso de mucha gente que ni me conoce y que se ha sensibilizado”. Además, se solidariza con aquellos que han perdido su fuente de trabajo y tendrán serias dificultades para salir adelante.
Por nuestra parte, agradecemos a Hugo por la buena predisposición para relatarnos todo lo sucedido en un momento tan difícil. Además, hacemos un llamado a la comunidad: hoy Hugo y su familia se encuentran en busca de un alquiler permanente que les permita vivir tranquilos con sus mascotas en la ciudad de El Bolsón. Cualquier dato es bienvenido.