Para romper con los estereotipos de la sociedad occidental, Scout Willis dejó de depilarse las axilas y busca motivar a otras jóvenes en las redes con sus fotos «naturales».
La hija de dos celebridades es la abanderada de las axilas peludas
Para romper con los estereotipos de la sociedad occidental, Scout Willis dejó de depilarse las axilas y busca motivar a otras jóvenes en las redes con sus fotos «naturales».
No le gusta usar corpiños ni la doble moral de las redes sociales, donde censuran imágenes de mujeres desnudas o en topless al considerarlas pornográficas. Scout Willis, la hija del medio de Demi Moore y Bruce Willis, es considerada en los Estados Unidos una verdadera rebelde sin causa. Y, en su afán por manifestar sus intereses sociales, la joven artista indie es capaz de cualquier cosa. Inclusive hasta de dejar de depilarse las axilas.
Desde pequeña, Scout se ha establecido como la activista del clan Willis sumándose a cuanta protesta a favor de la liberación sexual de la mujer exista. De modo que desde hace un tiempo a esta parte ella se inmortalizó en las redes sociales como la abanderada del movimiento feminista que fomenta no depilarse los pelos de las axilas para modificar los patrones de belleza actuales.
Sin embargo, las fotos de Scout mostrando sus peludas axilas en las playas de Malibú o en la cama de su dormitorio no dejan de sorprender a la prensa estadounidense, que desde hace varias décadas sigue a paso firme cada movimiento de Willis y Moore, quienes se divorciaron en 2001, así como de sus tres hijas.
Es que Scout tiene dos hermanas: Rummer, de 28 años, quien ha participado en numerosos proyectos cinematográficos y de televisión; y Tallulah, de 22 años, conocida por haber sido internada en 2014 en un centro de rehabilitación por su problema con las drogas.
En cuanto a las polémicas campañas que Scout lleva adelante en las redes sociales, en el pasado, la joven de 25 años revolucionó Twitter al publicar una serie de imágenes de ella caminando por las calles de Nueva York sin corpiño. El objetivo de esa insólita sesión de fotos, llevada a cabo por el fotógrafo Mario Sorrenti, era promover su denuncia hacia Instagram por su política de prohibir los desnudos femeninos.
Todo comenzó cuando la red social de fotos y videos borró la imagen de una camiseta que ella había diseñado y que mostraba a dos chicas en topless. Furiosa por haber sido censurada, Scout caminó con apenas una pollera por las calles del Lower East Side mientras era retratada por Sorrenti y compartió todas esas imágenes en su cuenta de Instagram, donde aseguró que iba a publicar el máximo número de fotos de pechos femeninos posibles y en menos de 24 horas su cuenta fue cerrada. Sin embargo, hace pocos meses ella volvió a reabrirla.