Especialistas consultados por Infobae coincidieron en que «se trata de un procedimiento sencillo» del que se realizan miles a diario en el país y en el mundo. «La sedación que se utiliza en una endoscopía es segura y reversible, y la mortalidad ligada a este tipo de procedimientos es más que extraordinaria», coincidieron.
La noticia de la muerte de la periodista Débora Pérez Volpin tiene todos los componentes para generar impacto. Se trataba de una persona joven, querida entre sus colegas y por el público en general, y su fallecimiento ocurrió de manera inesperada.
Lo -poco- que se sabe es que la mujer se había internado el lunes en el Sanatorio La Trinidad de Palermo con un fuerte dolor epigástrico. El parte emitido por el centro de salud asegura que «el plan de estudios incluyó una endoscopía digestiva alta» y que «durante la realización de dicho procedimiento padeció un paro cardiorrespiratorio que no respondió a las maniobras habituales de reanimación».
El médico gastroenterólogo y endoscopista Pablo Cura (MP 115.256) explicó a Infobae que una endoscopía «es un estudio médico mínimamente invasivo que se realiza en todos los casos con anestesia general».
Según el miembro del departamento de Cirugía Abdominal y Proctología del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo, «es clave que se haya hecho un buen diagnóstico al ingreso».
Consultado sobre los riesgos de complicaciones en un estudio de estas características, el médico gastroenterólogo y endoscopista digestivo Carlos Waldbaum (MN 55375) explicó que «la endoscopía es el principal recurso diagnóstico para las enfermedades digestivas y ocupa un lugar de preponderancia en la detección de varios tipos de cáncer». Además, «en sus más de cinco décadas de historia y evolución tecnológica reemplazó en muchos casos a procedimientos que antes se hacían con cirugía», agregó.
Tras asegurar que «por día se realizan miles de endoscopías en la Argentina y en el mundo», el especialista de la división Gastroenterología del Hospital de Clínicas destacó que «como toda práctica no está exenta de complicaciones».
«En este caso no se sabe si la mujer tuvo una complicación derivada de la endoscopía en sí misma o de la evolución del cuadro por el que se internó», evaluó Waldbaum, quien insistió en que «las complicaciones producto de la práctica son menores, poco frecuentes y reversibles».
La muerte como consecuencia del estudio «ocurre en uno de cada 10 mil procedimientos», enfatizó el especialista, quien ejemplificó: «Es más riesgoso subirse a un ascensor que hacerse una endoscopía».
«Por vía endoscópica se pueden hacer otros procedimientos terapéuticos, en los que se ingresa, por ejemplo, a tomar biopsias, pero cuando el estudio es solo con fines diagnósticos no existe ningún riesgo de complicación», insistió Cura. «Y cuando digo ninguno es cero», enfatizó.
«El tipo de anestesia que se utiliza en este tipo de estudios se denomina neurolepto analgesia, que es una anestesia menor, no es la misma que se usa en casos de cirugía -detalló Cura-. El riesgo de vida en un procedimiento diagnóstico tiene puramente que ver con el riesgo anestésico».
Waldbaum apuntó que «se trata de una sedación asistida por un anestesista» y remarcó que «es segura y reversible y su efecto desaparece de manera casi inmediata al finalizar el estudio».
«Algunos centros utilizan anestesia tópica, aunque frente a cuadros graves siempre se hace bajo sedación porque brinda más confort y seguridad para el paciente», agregó.
Acerca de si existen contraindicaciones para la realización de este estudio, Waldbaum fue claro: «Muy pocas. No se lo indica en pacientes con una grave insuficiencia cardíaca, falla respiratoria severa o perforación de órgano aguda -explicó-. De hecho, en pacientes que están cursando un infarto y tienen, por ejemplo, un sangrado interno se suele realizar una endoscopía porque es necesario resolver un problema que está poniendo en riesgo la vida del paciente».
Y sobre la necesidad de realizar un estudio cardiológico previo al examen endoscópico, aclaró: «Un electrocardiograma puede ser normal cinco minutos antes y no sirve para predecir un evento severo; lo que se hace es evaluar factores de riesgo y monitorear al paciente durante todo el procedimiento».
Marcelo Peretta es doctor en Farmacia y Bioquímica y secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos y explicó que «la anestesia utilizada en endoscopías es segura pero requiere un fuerte y muy preciso monitoreo porque el propofol, que es una de las drogas que se utilizan para la sedación, es muy depresor del sistema nervioso central y puede provocar hipotensión, depresión respiratoria y apnea».
«Las complicaciones existen, pero son poco frecuentes y suelen ser reversibles», insistió el especialista del Clínicas, preocupado por la idea de que este hecho lleve temor a la población sobre una práctica cuyo «riesgo de mortalidad es más que extraordinario».
«Se trata de un procedimiento sencillo; el riesgo es siempre anestésico y el tipo de anestesia depende del médico que lo esté haciendo», finalizó Cura.